No me voy a comprar el libro de Minujín. Si el libro que reúne las críticas de Alan Pauls existiera, sería ése el libro que no dudaría en comprar. Cada crítica de Alan es una pequeña obra maestra de la literatura, un texto que remite en forma explícita a otro pero que es tan condenadamente bueno que uno podría quedarse ahí sin otro deseo que el de que pronto aparezca otra reseña suya (reseña es una palabra pobretona para lo que él hace, crítica es demasiado solemne). Alguien podría oponer que entonces la función de la crítica -llevar a un potencial lector hasta determinado libro- no se cumple. Pero es así con las cosas realmente buenas. Cuando estás enamorado, ¿importa tanto casarse? Casarse es una presunción que está en el futuro, justo cuando empezás a derrapar en el amor. Salirte de una crítica de Pauls para buscar el libro al que alude es un poco como salirte de la magia para buscar la magia. No. Yo quiero quedarme acá. Minujín acaba de importarme como nunca antes porque la mirada del crítico me la reveló, la hizo renacer para mí, sólo para mí. Sólo para mí ahora la artista es "tragable". Sin una gota de sensiblería, Alan me la dulcificó. No es que él haya hecho algo así. Lo hizo para mí en la intimidad del texto. Y eso hace un escritor para el lector que le está destinado.
Estos días de feria del libro hay mucha bambolla alrededor de figuras internacionales. No sabemos lo que tenemos. No sabemos lo que nos estamos perdiendo. Alan Pauls es lo internacional acá a la vuelta. Lo universal que habla nuestro idioma. Y no grita. No agita brazos ansiosos. No desacredita su propia escritura en esa especie de género menor en que muchas veces se termina convirtiendo el periodismo cultural o la crítica en manos de escritores que escriben para aparecer en vidriera. Muchos lo critican por arisco, porque no es tan fácil de abordar y eso se lee mal ("se la cree", dicen). Ojalá fueran más los escritores que sólo aparecen para decir lo que piensan. No lo que les sale decir, sino lo que vienen pensando, elaborando al margen de su obra pero sin disociarlo de ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario