
domingo, 13 de mayo de 2018
Dilema
Me di cuenta de que mi religión son las listas de actividades que me impongo. Otros van al templo de la comida orgánica, o siguen los principios toltecas. Mi rigor son las listas: dar clase, escribir, limpiar, dar clase, salir a correr, investigar modos de entrenamiento, meditar, dar clase, buscar cuentos para los chicos del taller, teñirme el pelo, clase, reclamo Edenor, ir a Rentas (no estoy recibiendo boleta), clase, pasar por la imprenta, llamar al contador, clase, bañarme. Muchas veces Lorenzo me dijo que la limpieza de mi casa era más importante que él. Tiene razón. Hoy me puse como objetivo estar más disponible ante lo inesperado. Dejar mis listas de lado para que lo nuevo no sea vivido como una interferencia sino como una oportunidad. Pero yo sé lo que me espera al otro lado de un objetivo como éste: una voz que dirá "encontraste la mejor excusa para demorar eso que sí querés hacer, que sí querés cumplir: la excusa de estar disponible". Sostener el deseo propio agota, como todo monumento del yo. Seguir el deseo de los demás, dispersa y frustra. ¿Cuál sería la interface?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario